Las 3 fases clave de una producción audiovisual

La producción audiovisual, tanto de cine como de televisión, se organiza a través de 3 procesos: preproducción, rodaje y postproducción. Te explicamos qué implica cada uno y, también, qué profesionales intervienen por si te interesa trabajar aquí.

¡Luces, cámara y acción! La industria audiovisual atrae a miles de jóvenes profesionales con perfiles, intereses e inquietudes muy diversas. Y es que en este sector tienen cabida desde actores, diseñadores y decoradores hasta editores de vídeo, directores de fotografía, cámaras o asistentes de sonido, entre muchos otros.

Si quieres formar parte de la industria del cine y la televisión debes conocer cómo funcionan sus procesos, desde que surge una idea hasta que la obra definitiva se lanza al espectador final. ¿Qué es la preproducción, rodaje y postproducción? ¿Y quién interviene en cada una de estas fases?

1. Preproducción: Allí donde nace la idea

Para empezar, una producción audiovisual necesita una historia que se pueda contar, es decir, el guionista deberá preparar un primer guion literario (si no se cuenta con él) que nos ayudará a identificar las necesidades técnicas, artísticas y narrativas. Además, desde el primer momento, el promotor deberá contar con un plan de financiación donde se especifique de donde saldrán los recursos (inversores, ayudas, fuentes propias…) y cómo se distribuirán (primer presupuesto).

También será necesario elaborar un plan de producción donde se fijen los objetivos por semanas (que se irán adaptado) y, evidentemente, se deberán ir sumando al equipo otros perfiles profesionales, como el director, productor, director de fotografía… A partir de aquí, se acordará el enfoque, se valorarán las necesidades existentes y se empezará a diseñar el guion técnico y el storyboard. ¿Qué es qué?

• Guion técnico: Documento que define la pieza audiovisual y donde se convierte la historia en imágenes concretas, con información técnica para cada plano.
• Storyboard: Guion ilustrado, conjunto de dibujos o viñetas que permiten previsualizar cómo será la acción dentro de cada plano.

Y todo se moverá: se organizarán castings para encontrar actores, se seleccionará personal técnico y de soporte para los distintos equipos, se buscarán localizaciones de rodaje, se empezará a trabajar en la escenografía y el atrezo… Cada departamento se responsabilizará de su parte pero su coordinación recaerá sobre el equipo de producción. ¿De qué más se ocupará?

• Deberá proporcionar los recursos necesarios para que la producción audiovisual avance, así como realizar los trámites administrativos.
• Se encargará del diseño de la estrategia de distribución y promoción posterior.

En definitiva, la fase de preproducción permite preparar todo aquello que será necesario para iniciar el rodaje, es decir, se avanza el máximo de trabajo posible y se planifica todo al detalle, minuciosamente, para que después se pueda cumplir el plan de rodaje. La organización será clave para conseguir una obra audiovisual de calidad.

2. Rodaje: El arte de adaptarse al imprevisto

Hay quién considera que el rodaje es la fase más estresante de cualquier producción audiovisual. ¿Por qué? Implica largas jornadas de grabación donde intervienen un gran número de profesionales, de distintas áreas, que deben coordinarse para conseguir cumplir sus objetivos y, sobre todo, no perjudicar al resto. Aquí los imprevistos deben solucionarse con rapidez ya que atrasar el rodaje un solo día puede tener elevadas consecuencias económicas.

Por eso, es importante que diariamente se elabore una orden de rodaje, un documento que rellena el ayudante de dirección y donde se recopila todo aquello necesario para grabar ese día, sea lo que sea, para evitar problemas después. También es básico el script, un profesional que se encarga de supervisar y garantizar la continuidad (el raccord), que nada esté fuera de lugar.

3. Postproducción: Cuando se ajusta al detalle

Así pues, llegamos a la última fase de cualquier producción audiovisual. La postproducción permite revisar la calidad del material grabado y convertirlo en una narración fluida donde las distintas escenas fragmentadas cobren sentido. Este proceso, que puede durar meses, se conoce como montaje o edición. Aquí también se ajustarán las imágenes (color, luz…) y se tratará el sonido (reducción de ruidos…) para conseguir aprovechar toda su capacidad comunicativa.

Además, la postproducción implica añadir efectos visuales, sonoros o especiales si es necesario y, también, incorporar los créditos que recopilarán el nombre de todos los profesionales y entidades que han participado en la producción audiovisual. En pocas palabras, esta última fase técnica debe permitir ajustar cualquier aspecto disonante para proporcionar una versión definitiva de la obra audiovisual.

La postproducción suele requerir la participación de un grupo de profesionales altamente especializados, desde montadores o editores hasta expertos en retoque de color y de sonido.

Este contenido pertenece al material didáctico creado por ILERNA Online para el Grado Superior de Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos que ofrece a todos aquellos profesionales interesados en producción audiovisual.