ILERNA Online Logo
Llámanos gratis de lunes a viernes de 9:00h. a 20:00h.
ILERNA Online Logo

Radiación solar: ¿Cómo puede afectar tu piel?

Sanidad, 18 MAY 2020, ILERNA

¿Quieres más info?

Solicita información

Ver el dosier
Escribe tu nombre y apellidos
Escribe un email válido
Escribe un teléfono válido
Escribe tu código postal
Escoge la opción en la que estás interesado
Escoge la formación en la que estás interesado

INFORMACIÓN PROTECCIÓN DE DATOS DE ILERNA

Finalidades: Responder a sus solicitudes de información y mantenerle informado de nuestros cursos y servicios, incluso por medios electrónicos. Derechos: Puede retirar su consentimiento en cualquier momento, así como acceder, rectificar, suprimir sus datos y demás derechos en [email protected].

Información adicional: Política de Privacidad.

Este campo es obligatorio

En verano estamos mucho más expuestos al sol, y aunque este nos brinda vitamina D y nos hace sentir bien, también puede tener consecuencias negativas para la salud. Por esta razón, es importante conocer los principales riesgos de exponerse a la radiación solar, pero también los beneficios de tomar el sol con protección. Además, te contamos qué otros factores pueden agravar su impacto en el cuerpo humano.

Si tomas el sol para conseguir un bronceado, vas a relajarte a la piscina todas las tardes, practicas deporte al aire libre o te preocupa el cuidado de tu piel, ¡sigue leyendo! En este artículo te explicamos qué tipos de radiación solar existen, y los riesgos y beneficios de exponerse al sol.

¿Qué es la radiación solar y por qué nos perjudica?

La radiación solar se refiere a la energía emitida por el sol en forma de ondas electromagnéticas. Esta radiación se compone de diferentes tipos de rayos, incluyendo los rayos ultravioleta (UV), la luz visible y los rayos infrarrojos. La radiación solar es vital para la vida en la Tierra, ya que nos proporciona luz, calor y la importante vitamina D. Sin embargo, también puede tener efectos perjudiciales en nuestra piel si nos exponemos en exceso.

  • Radiación Ultravioleta (UV): Aquí podemos diferenciar entre UVC (es la más peligrosa, pues es la que produce la mayoría de problemas asociados a la exposición solar), UVB (principal responsable de las quemaduras) y UVA (es menos energética, causa la coloración o el enrojecimiento de la piel). La radiación ultravioleta es la que provoca la mayoría de los problemas asociados a la sobreexposición al sol.
  • Radiación Visible: Produce luz y calor principalmente, y afecta a la sensación térmica.
  • Radiación Infrarroja (IR): Tiene poco valor energético y, en consecuencia, no causa quemaduras. No obstante, incrementa los efectos dañinos de las tipologías anteriores.

Peligros de la radiación solar

Los efectos más perjudiciales de la exposición al sol se explican, sobre todo, por el tipo de radiación solar, y la forma en la que cada una de ellas afecta a nuestra piel. Los rayos UV, en particular, pueden penetrar en la piel y dañar las células, lo que aumenta el riesgo de quemaduras solares, envejecimiento prematuro y enfermedades graves como el cáncer de piel. Es fundamental tomar medidas para proteger nuestra piel de la radiación solar y disfrutar del sol de manera segura. Estos son algunos de los efectos más dañinos de la exposición solar.

  • Envejecimiento prematuro: Se caracteriza por una piel áspera, sin elasticidad y con profundas arrugas en zonas de cara, cuello y escote. Según la AECC, se estima que el 75% de las arrugas son causadas por la exposición solar.
  • Quemaduras solares: Puede causar desde el enrojecimiento de la piel hasta su inflamación o, incluso, la aparición de ampollas y reacciones fotoalérgicas.
  • Manchas: La melanina es un pigmento que da color a la piel para protegerla y nos concede el bronceado. No obstante, si se abusa de la exposición al sol, puede alterar los melanocitos y provocar la aparición de manchas. Es habitual que aparezcan pecas, lunares y melasmas (manchas oscuras de bordes poco definidos).
  • Cataratas y otros daños oculares: Las cataratas se producen por una pérdida de la transparencia en el cristalino, lo que provoca visión nublada. La radiación solar puede aumentar el riesgo de sufrir esta enfermedad que, hoy en día, se trata con cirugía.
  • Alteración del sistema inmunitario: La sobreexposición al sol reduce las defensas del cuerpo.

Además, la radiación solar también se considera uno de los factores que pueden favorecer la aparición de cáncer de piel, sobre todo si una persona se expone y sufre quemaduras habitualmente durante la infancia. Se suele decir que la piel tiene memoria, y es que no olvida el daño.

Beneficios de la radiación solar

Cuando se habla de los principales efectos de la radiación solar, se tiende a pensar que son todos negativos, quizás porque estamos acostumbrados a las numerosas campañas de concienciación sobre este tema. Y lo cierto es que estas acciones son muy necesarias, ya que la exposición prolongada al sol tiene consecuencias irreversibles para la salud.

No obstante, tomar el sol en las horas adecuadas y de forma moderada también tiene beneficios. Los estudios demuestran que la radiación solar tiene distintos efectos fisiológicos positivos, como la síntesis de vitamina D, que favorece el desarrollo de los huesos (es necesaria para metabolizar el calcio y evitar el raquitismo). Además, puede influir en el tratamiento de determinadas dermatosis o enfermedades de la piel. Se trataría de un efecto terapéutico que se asocia a su influencia sobre el sistema inmunológico.

Por otro lado, la exposición al sol también influye positivamente en el estado de ánimo de las personas, y es que muchos de nosotros nos sentimos más enérgicos y motivados en días soleados. En este sentido, puede tener un impacto antidepresivo y, de esta forma, contribuir en la mejora de la sensación de bienestar general.

Radiación solar
Más allá de la intensidad y la duración de la exposición, existen otros factores que pueden influir en cómo la radiación solar afecta nuestro cuerpo.

Otros factores que condicionan el impacto de exponerse al sol en el cuerpo

Además de la intensidad de la radiación y de la duración de la exposición, existen otros factores que pueden influir en cómo nos afecta el sol. Aquí tienes algunos de ellos:

  • Tipos de piel: Cada persona tiene un grado de tolerancia distinto según su piel. En este sentido, existe una clasificación de diversos fototipos cutáneos. Por ejemplo, el fototipo I se corresponde con pieles muy claras que no se broncean nunca y se queman con facilidad (personas pelirrojas, con ojos claros o piel blanca).
  • Altitud de la localización: A grandes rasgos, por cada 1.000 metros de altitud, la intensidad de los rayos UV aumenta un 20%.
  • Efectos de reflexión: La reflexión varía según la superficie. Por ejemplo, en la nieve sería de un 85% mientras que en césped disminuiría hasta el 3%. Esto explicaría por qué la gente que esquía necesita protegerse del sol.
  • Estación del año: Aquí la radiación solar es más peligrosa en verano.
  • Horario: Las horas de mayor riesgo son aquellas que coinciden con la franja de mediodía.
  • Contaminación: La intensidad de la radiación se reduce considerablemente en entornos con altos niveles de contaminación en tanto que frenan su impacto.

Cómo proteger nuestra piel en verano

Existen varias medidas que podemos adoptar para protegernos de la radiación solar y mantener nuestra piel saludable:

  1. Usar protector solar: Aplicar un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 antes de salir al sol. Volverlo a aplicar cada dos horas y después de nadar o sudar.
  2. Vestimenta adecuada: Optar por ropa de manga larga, pantalones largos y sombreros de ala ancha para proteger la piel de la exposición directa al sol. También es recomendable utilizar gafas de sol con protección UV para resguardar los ojos.
  3. Evitar la exposición en horas pico: Tratar de limitar la exposición solar entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos.
  4. Buscar sombra: Cuando sea posible, resguardarse bajo la sombra de árboles, sombrillas o estructuras para reducir la exposición directa al sol.
  5. Evitar las camas de bronceado: Las camas de bronceado emiten radiación UV artificial y aumentan el riesgo de daño en la piel y cáncer de piel.
  6. Realizar autoexámenes y revisiones dermatológicas: Estar atentos a cambios en la piel, como lunares irregulares o manchas que no cicatrizan.

Este contenido se ha redactado a partir del material didáctico del ciclo formativo en Farmacia y Parafarmacia. ¡Échale un vistazo!

Compartir en:
ILERNA
ILERNA

En el grupo de redactores de ILERNA somos curiosos por naturaleza, nos encanta estar al tanto de todo e ir siempre un paso más allá. El mundo de la Formación Profesional nos apasiona y siempre estamos informados de las últimas novedades. Gracias a este blog podemos compartir toda nuestra sabiduría sobre el sector y acercar esta rama de la educación a todo el que le interese. En estos artículos queremos compartir especialmente contigo el conocimiento necesario para que saques el máximo rendimiento a tu FP.

Tu éxito profesional a un CLICK.

Solicita información

¿Quieres seguir
estudiando FP?

Quieres estudiar una FP, pero no tienes claro por dónde empezar. ¿Será mejor la modalidad a distancia, la presencial o un mix de las dos? ¿En cuántas asignaturas me puedo matricular? ¿Qué salidas profesionales hay? Pincha abajo e infórmate sobre la Formación Profesional que más se adapta a ti.

Conoce a nuestros autores y colaboradores

Reclutamos a los mejores para ofrecerte información de primera mano sobre la Formación Profesional. Son profesionales de diferentes sectores, que escriben sobre las novedades que te interesan en el blog de ILERNA.

Conócelos