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Existen muchos mitos sobre la salud de nuestros oídos, sobre todo en los hábitos de higiene y la función de la cera en el sistema auditivo. Hablamos de la salud auditiva con consejos para mantenerla, prevenir posibles daños y la pronta aparición de la hipoacusia.
La salud auditiva es una de las grandes olvidadas en el cuidado de nuestro cuerpo. Es tal vez uno de los sentidos a los que menos importancia damos. Está ahí, hacemos vida con normalidad percibiendo los sonidos a nuestro alrededor y comunicándonos con el resto de personas. Para trabajar, para nuestra vida social, desplazarnos…la audición nos ayuda a estar conectados con nuestro entorno.
Es por ello que cuando alguien empieza a padecer hipoacusia (pérdida de audición), sea a edad temprana o avanzada, es mucho más vulnerable a problemas psicológicos derivados del aislamiento social. La dificultad para entender a los demás y la incomunicación que conlleva puede provocar afectaciones psicológicas como depresión y ansiedad.
En todas las etapas de la vida la pérdida de audición, ya sea leve o considerable, afecta al desarrollo personal de quien lo padece, es por eso que hoy te explicaremos más sobre la salud auditiva y consejos para mantenerla.
Consejos para mantener tu salud auditiva
La cera de los oídos es necesaria
¿Lo sabías? Si tienes obsesión por limpiar la cera de tus oídos cada día lo mejor es que cambies ese hábito cuanto antes. La cera tiene un papel clave en el buen funcionamiento de tu audición. De la misma forma que tus pestañas protegen los ojos y el vello en el interior de la nariz filtra el aire de impurezas, la cera en el oído te protege de gérmenes y la suciedad exterior. Si la suciedad, bacterias u otras partículas dañinas se introducen en el interior del pabellón auricular pueden dañarlo. Por ese motivo no debemos quitar la cera con mucha frecuencia.
El uso de bastoncillos es un riesgo
El método más generalizado de limpieza de los oídos es un riesgo innecesario. ¿Por qué? Toda utilización de objetos que pueda eliminar por completo o desplazar la cera hacia el interior del oído supone un peligro. En caso de que la cera llegue a introducirse en el oído, el tímpano puede quedar dañado, incluso provocar pérdidas auditivas irreversibles. Como hemos mencionado, la cera es un mecanismo natural necesario para la defensa ante agentes externos.
Limpia tus oídos con agua
Para mantener una higiene adecuada en los oídos, debemos lavarnos la cabeza con regularidad, esto hará que el agua y el jabón se introduzcan de forma no intrusiva en el pabellón. Eso sí, al salir debemos secar la oreja con una toalla para evitar la acumulación de humedad, que puede provocar infecciones. Otros métodos de limpieza deben ser prescritos por un médico.
Uso de auriculares y exposición al ruido
Acostumbrarse a mantener un volumen alto en el televisor o altavoces puede causar daños a largo plazo. Más aún cuando se trata de auriculares, la recomendación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) es que se escuchen a un volumen medio-bajo, por debajo del 60%, y no más de una hora al día.
Por otro lado, también se advierte sobre la exposición a ruido excesivo, como obras en proceso o clubes nocturnos. En este último caso debe evitarse situarse cerca o delante de altavoces y se recomienda el uso de tapones.
Alimentación saludable
Eso es, a través de la alimentación también podemos ayudar a proteger nuestros oídos. La pérdida de audición es muy común en personas mayores de 65 años, por lo que si queremos retrasar lo máximo posible su aparición hay ciertos alimentos que nos ayudarán.
Los nutrientes que acumulan vitaminas A, C y E nos ayudarán, así como los alimentos ricos en zinc. Los cítricos, frutos secos, legumbres, cereales, pasas, chocolate negro y melocotones son ideales para mantener la salud auditiva en el futuro.
Revisiones periódicas
Aun siguiendo los consejos que hemos desarrollado en este artículo, de la misma forma que acudimos a revisiones periódicas al dentista o médico de cabecera, se recomienda que a partir de los 50 años acudamos también a revisiones auditivas. Antes incluso si se perciben síntomas de pérdida de capacidad auditiva.
¿Sabías que el equilibrio de tu cuerpo depende del oído?
¡Así es! El mismo nervio que se encarga de enviar las señales sonoras al cerebro también es esencial para poder mantener el equilibrio. En nuestro oído interno se sitúa la cóclea, llena de líquido que es el encargado de vibrar con las ondas sonoras y enviarlas al cerebro, que las “traducirá”. Este líquido y su movimiento indica a nuestro cerebro la posición de nuestro cuerpo y envía las señales a los músculos para que podamos mantener el equilibrio.
Por eso, por ejemplo, cuando nos levantamos demasiado rápido podemos sentir un leve mareo. Esto es debido al rápido movimiento del líquido en nuestro oído. La misma situación se da cuando giramos de forma continuada, al detenernos el líquido permanecerá en movimiento unos segundos más, provocando que nuestro cuerpo padezca señales contrarias.
Como ya puedes suponer con esta información, cuando envejecemos y nuestro oído padece el decaimiento natural, los mareos se dan con más frecuencia al levantarnos deprisa o montar en atracciones de feria, por ejemplo. De todas formas, si sufres mareos de forma habitual, debes acudir a tu médico para que te informe sobre las posibles causas y tratamientos.
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