El educador y la intervención en familias de riesgo

Tal y como cita el filósofo José Antonio Marina: “hace falta una tribu entera para educar a un niño/a” y es que la educación no solo depende de la familia o el educador, hoy en día contamos con muchos profesionales que ayudan en la complicada tarea de educar.

Existen factores de riesgo y de protección que dificultan y ayudan, respectivamente, con su funcionamiento y crecimiento. Hoy os venimos a explicar el papel importante que jugará la figura del educador infantil sirviendo como refuerzo y apoyo, tanto para el niño/a, como para los educadores sociales en estos casos.

En cuanto al equipo directivo será el encargado de recoger toda la información y planificar tanto el proyecto educativo como el proyecto curricular. A su vez, deberán apoyar todas las dificultades que pueda encontrarse el educador con el fin de abordar el problema y conseguir una buena relación entre el centro, la familia, y los educadores.

Objetivos del educador

Para llevar a cabo su función, el educador tendrá un peso de carácter observador y comunicativo planificando proyectos de intervención socioeducativos que cumplan los objetivos que establecen sus competencias profesionales, desarrollando proyectos educativos no formales. En cambio, cuando se trata de dinamizar procesos de enseñanza-aprendizaje, las actuaciones deberán basarse en conseguir los siguientes objetivos:

Por otro lado, hay menores que requieren de una educación especializada, y esto puede deberse, entre otros motivos, a la poca socialización, una integración social deficiente o en ocasiones, por haber vivido en un entorno precario. En estos casos, el educador deberá utilizar todos los recursos que tenga en sus manos (educativos, de ocio,…) para ayudarles.

Funciones básicas del educador

Estas actuaciones en el ámbito no formal se definen mediante el ejercicio de tres funciones básicas del educador:

EDUCATIVA:

Permitiendo al niño/a desarrollar de manera global sus capacidades personales y sociales, mediante los objetivos educativos. Por lo tanto, cada niño será el agente activo de su propio aprendizaje.

NORMATIVA:

Transmitiendo pautas culturales y de comportamiento para una buena integración social. Por ejemplo, una buena técnica para el trabajo de habilidades sociales es el “rol playing”.

ASISTENCIAL:

Proporcionando un marco afectivo y satisfaciendo las necesidades básicas del niño/a (alimentación, higiene, descanso, ropa). En caso de un infante sin recursos, se le puede proporcionar una beca-comedor, un kit de ropa, juguetes, etcétera.

Actitud con las familias

Es muy importante para la intervención del educador/a mantener siempre una actitud positiva y paciente en relación con las familias utilizando las habilidades necesarias para suavizar posibles conflictos. De esta manera, conseguirá identificar las necesidades educativas y/o de participación de las familias.

Asimismo, el éxito o el fracaso dependerán de las actitudes y del nivel de conciencia que el educador/a tendrá de las mismas. Y para conseguir el éxito será necesario tener una actitud de escucha comprensiva y así mostrar proximidad a las familias.

Aquí os dejamos algunas recomendaciones para conseguirlo:

• Hablar poniéndonos de su lado.
• Hacerles entender que nuestro objetivo es colaborar con ellos y entenderles.
• No poner en duda lo que nos dicen.
• Hacerles tomar conciencia de las dificultades para que puedan asimilar los problemas.

Ahora ya has podido comprobar lo importante que es el papel del educador para la detección y ayuda frente a la intervención socioeducativa con familias de riesgo. En este sentido, queremos recordarte que en ILERNA Online tenemos una FP que te puede interesar: Técnico Superior en Educación Infantil.

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