La mediación escolar es una herramienta que permite resolver conflictos surgidos dentro de centros educativos. Pero antes de adentrarnos en este tipo de mediación es necesario definir el proceso de mediación en general.
¿Qué es una mediación?
La mediación es un método para resolver conflictos en el cual interviene una persona externa a las partes implicadas -el mediador- que ayudará a encontrar una solución satisfactoria y pacífica.
La mediación tiene un carácter voluntario y se lleva acabo cuando una de las partes implicadas solicita este tipo de soporte. Asimismo, el proceso debe ser confidencial, cooperativo y no competitivo. Existen diferentes tipos de medicación, como la familiar, la comunitaria, la empresarial y la escolar. En este post nos centraremos en la mediación escolar.
¿Y qué es la mediación escolar?
Es un tipo de mediación que tiene como objetivo resolver los conflictos entre el profesorado, los tutores, los alumnos y otro personal de los centros educativos.
Cabe destacar que no todos los conflictos son susceptibles de una mediación. Por ejemplo, aquellos que atentan contra las normas de convivencia de la escuela o centro educativo no deberían ser tratados en un proceso de mediación.
La mediación en el ámbito escolar sigue siete fases, según M. Carme Boqué, Doctora en Pedagogía:
- Detección del conflicto: conocer qué personas solicitan la mediación, el motivo e informar a las partes de cómo se desarrollará el proceso. El mediador también debe valorar si el conflicto se puede resolver a través de una mediación, debe sancionarse o si las partes llegan a un acuerdo previo al inicio de la mediación como tal.
- Inicio de la mediación: se prepara el espacio donde se desarrollará la mediación y se fomenta un clima de confianza mutua entre las partes implicadas y el mediador. En esta fase también se explican las normas que rigen la mediación.
- Puntos de vista: el mediador escucha las partes implicadas. Es imprescindible que el mediador tenga una posición neutral no se posicione por ninguna de las partes.
- Identificación de los intereses: se enfoca el conflicto desde diversos puntos de vista y se intenta que las partes implicadas se pongan en el lugar de las personas de la otra parte.
- Exposición de opciones: es el momento de valorar y tener en cuenta todas las propuestas surgidas que ayuden a resolver el conflicto. Ambas partes intentar llegar a acuerdos concretos.
- Pacto: se elabora una hoja de ruta de las acciones a llevar a cabo una vez acordadas entre las partes implicadas.
- Cierre de la mediación: en esta última fase se revisa si la mediación ha funcionado o si, por el contrario, son necesarias otras pautas de resolución. Es recomendable que las partes implicadas y el mediador se reúnan para valorar conjuntamente el proceso de mediación.
La mediación escolar es una de las muchas herramientas que abordarás durante el ciclo de Grado Superior de Educación Infantil.
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