Hoy en día existen diferentes métodos de diagnóstico a base de imágenes para detectar patologías de la manera más precisa posible. Estas técnicas de imagen utilizan la energía que procede de la radiación ionizante, los ultrasonidos, el pulso de radiofrecuencia y/o de positrones. Un correcto diagnóstico es clave para detectar posibles anomalías o enfermedades y comenzar, cuanto antes, el tratamiento adecuado a las circunstancias de cada paciente.
Las cuatro técnicas de imagen para el diagnóstico más utilizadas son la resonancia magnética, la ecografía, la radiografía simple y la tomografía computarizada. Las vemos más detenidamente:
La radiografía convencional
A pesar que es la técnica más antigua que existe, sigue utilizándose actualmente para algunos diagnósticos. Consiste en la emisión de energía por parte de una fuente radiactiva que es absorbida por los tejidos. La energía no absorbida se plasma en una placa de papel fotográfico: los tejidos duros son las partes más claras de la radiografía y los más blandos son las partes grises y oscuras. La mamografía es un ejemplo de radiografía simple y algunas de las ventajas de esta técnica es que es fácil de hacer que la radiación que emiten es baja.
En este vídeo, nuestra profesora María te explica las claves de la radiografía simple:
La tomografía computarizada
Esta técnica consiste en obtener múltiples imágenes utilizando una fuente de rayos X asistida por ordenador. Al recoger diferentes cortes transversales de huesos, vasos sanguíneos o tejidos blandos, el software del ordenador lo transforma en una imagen tridimensional de la zona estudiada.
A diferencia de la radiografía convencional, la radiación que emite una Tomografía Computarizada (TC) es superior, por lo que debemos hacerla sólo cuando esté justificado.
En este vídeo, María te explica las ventajas y limitaciones de esta técnica de diagnóstico:
La ecografía
Esta técnica consiste en el envío de ultrasonidos a una parte del cuerpo colocando sobre ella un gel conductor acústico. Los ultrasonidos son recogidos por el transductor, que conformarán la estructura anatómica a través de la pantalla en escala de grises en tiempo real.

La ecografía es la técnica de diagnóstico más inocua ya que no utiliza ningún tipo de radiación.
Las regiones más blancas de la ecografía se llaman hiperecoicas o hiperecogénicas y las más oscuras, hipoecoicas. Las zonas negras o anecoicas son las estructuras que contienen líquido por lo que es una referencia clara para detectar posibles patologías.
Se utilizan diferentes transducciones en función de la profundidad de la sección que se quiera estudiar.
La resonancia magnética
Esta técnica consiste en la obtención de imágenes mediante el empleo de un campo electromagnético (imán), un emisor y receptor de ondas de radio -escáner- y un ordenador. La zona a estudiar se introduce en una cámara en forma de tubo y, gracias a la acción del campo magnético, los tejidos responderán modificando la señal de radio, ya sea aumentándola o reduciéndola.

Durante la resonancia magnética, que suele durar entre 20 y 45 minutos, el paciente permanece tumbado e inmóvil sobre una camilla ubicada dentro del escáner en forma de tubo.
El personal médico, también los técnicos superiores en Imagen para el Diagnóstico, es imprescindible que conozcan la anatomía del cuerpo humano en su estado normal para poder detectar las anomalías y saber qué técnicas por imagen deben usarse.
Las técnicas de imagen las abordarás detenidamente en el ciclo de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear.
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