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Para hacer un planning de estudio hay que analizar el tiempo disponible, marcar objetivos claros, organizar un horario realista y revisar el progreso de forma regular.
A lo largo de este artículo se explica qué es un plan de estudio, qué elementos debe incluir, cómo diseñarlo, qué herramientas utilizar y qué errores hay que evitar al hacerlo.
Un plan de estudio es una herramienta práctica que ayuda a organizar el tiempo de manera clara y ordenada. Se basa en crear un horario o calendario donde se distribuyen las tareas de aprendizaje: repaso de temas, resolución de ejercicios, lectura de materiales o preparación de exámenes.
El objetivo principal es aprovechar mejor el tiempo, evitar la saturación y asegurar que se pueda cubrir todo el temario sin dejar nada fuera. Este tipo de planificación resulta útil en distintos contextos:
Un planning de estudio debe recoger toda la información necesaria para mantener el orden y avanzar de forma constante. Los elementos más importantes son:
Para crear un buen planning basta con seguir estos 4 pasos:
El primer paso es saber de cuánto tiempo real se dispone. Para ello, conviene anotar las rutinas diarias: clases, trabajo, desplazamientos, deporte u otras actividades. Una vez claro, se puede calcular cuántas horas libres quedan para estudiar.
Es mejor ser realista que planear maratones imposibles. Un buen planning se adapta al día a día y busca más la constancia que la perfección.
Consulta cuál es la mejor hora para estudiar en este artículo.
Después hay que definir metas claras. No basta con pensar “quiero aprobar”, es mejor concretar. Por ejemplo: terminar un tema en una semana, repasar ejercicios antes del examen o dedicar media hora diaria a la lectura de apuntes.
Los objetivos deben ser concretos, medibles y alcanzables. Así resulta más fácil comprobar avances y mantener la motivación.
Con los objetivos definidos, llega el momento de organizar el tiempo. Algunas pautas útiles:
Consulta este artículo para aprender más sobre las técnicas de concentración y de estudios.
Un plan de estudio no es algo fijo, se va ajustando. Lo ideal es dedicar un momento cada semana para revisar si se han cumplido los objetivos.
Si algo no funciona, se cambia: reorganizar las materias, alargar un bloque difícil o reducir la carga. Este seguimiento ayuda a detectar a tiempo lo que falla.
Existen aplicaciones que facilitan la organización y ayudan a mantener la constancia. Algunas de las más útiles son:
Existen errores comunes que conviene tener en cuenta para no caer en ellos:
Un buen plan de estudio es el primer paso para alcanzar cualquier meta académica, ya sea en Formación Profesional (FP), universidad o cualquier otro reto. Este documento ayuda a construir una rutina y hace del estudio un esfuerzo mucho más llevadero.
Soy periodista por vocación. Me apasiona investigar y eso me llevó a trabajar como divulgadora científica. Más adelante, me especialicé en Comunicación Digital con enfoque SEO. Actualmente, combino mis dos pasiones creando contenido educativo que convierte temas complejos en información accesible y de valor.
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