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Asistente social y trabajador social son dos términos que, aunque parecen diferentes, hacen referencia al mismo profesional. Este perfil tiene como misión intervenir en situaciones de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social para ayudar a estos colectivos a superar sus dificultades.
No existe diferencia entre el asistente social y el trabajador social en España, ya que cumplen las mismas funciones. En 1981, el Real Decreto 1850/1981 cambió la denominación de asistente social a trabajador social, que es el término actual.
Hoy en día, los estudios de asistente social ya no existen. Para ser trabajador social, es necesario cursar el Grado en Trabajo Social, que dura cuatro años. Además, los profesionales del trabajo social deben registrarse en uno de los 36 Colegios Profesionales para ejercer en todo el país.
El término asistente social se utilizaba antes de 1981 para referirse al trabajador social. Estos profesionales trabajaban en servicios sociales, ayudando a personas, familias y comunidades a mejorar su calidad de vida.
Intervenían en colectivos en riesgo de exclusión social en hospitales, escuelas, instituciones gubernamentales y organizaciones sin ánimo de lucro, entre otros.
Desde 1981, el asistente social pasó a ser trabajador social. Estos profesionales siguen trabajando por el bienestar de las personas y grupos vulnerables. Están formados para abordar diversos problemas sociales y tienen la capacidad de tomar decisiones, hacer diagnósticos y diseñar planes de intervención social.
Trabajan en centros de salud, escuelas, ONG, instituciones gubernamentales y otros centros especializados
Estos trabajadores se ocupan de una gran variedad de funciones, que abarcan distintos aspectos de la intervención social:
Los trabajadores sociales realizan un análisis exhaustivo de las necesidades y circunstancias de las personas o grupos con los que trabajan. Esto les permite identificar el origen de los problemas y diseñar estrategias adecuadas para abordarlos.
Esto facilita la resolución de problemas y mejora la atención directa a las personas que lo necesitan.
El apoyo emocional y conductual es fundamental en la labor del trabajador social. Se trata de ofrecer acompañamiento y orientación a personas que atraviesan situaciones de crisis, ayudándolas a gestionar emociones, conductas y tomar buenas decisiones.
El trabajador social coordina diferentes servicios y recursos comunitarios para garantizar que las personas reciban la ayuda que necesitan. Esto implica trabajar junto a otros profesionales para asegurar la integración de todos los servicios disponibles.
Por ejemplo, un trabajador social que trabaja con personas sin hogar coordina recursos como albergues, programas de alimentación, atención médica y programas de inserción laboral para ofrecer una solución integral a la situación de la persona.
El trabajador social también está involucrado en la investigación de problemas sociales, como la pobreza, la discriminación o la exclusión social, para desarrollar políticas y programas que mejoren la calidad de vida de los demás.
Los profesionales del trabajo social diseña programas destinados a prevenir y abordar problemas sociales, evitando que las situaciones lleguen a convertirse en crisis. Por ejemplo, un trabajador social que ejerza en un centro educativo se encarga de crear proyectos sociales de prevención del bullying o talleres de sensibilización.
Solo los trabajadores sociales con especialización clínica tienen la autorización para participar en la elaboración de diagnósticos relacionados con la salud mental y proporcionar apoyo en la terapia psicológica. Pero siempre trabajando de manera conjunta con otros profesionales, como psicólogos y psiquiatras.
Para ejercer como trabajador social, es necesario cursar la carrera de Trabajo Social, Educación Social o Psicología, con una duración de cuatro años.
Sin embargo, si se quiere comenzar a trabajar en el ámbito social cuanto antes, se puede optar por estudiar el Grado Superior en Integración Social. Este ciclo formativo tiene una duración de solo dos años y ofrece una inmersión directa en la realidad laboral.
Además, este ciclo superior facilita el acceso a los estudios universitarios sin necesidad de hacer la selectividad. Incluso, es posible convalidar asignaturas, lo que acelera el proceso y permite obtener el título universitario para ejercer como trabajador social más rápido.
Empecé mi trayectoria con tan solo cinco años, escribiendo las historias que más adelante marcarían mi futuro profesional. Estudié el Grado de Publicidad y Relaciones Públicas y me especialicé con el Máster de Estrategia y Creatividad Publicitaria. A raíz de mi experiencia laboral, he seguido formándome en copywriting y marketing de contenidos con el objetivo de construir mensajes poderosos que conecten de manera efectiva con las audiencias.
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