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En otras ocasiones, ya hemos hablado sobre los servicios socioculturales y a la comunidad, y hemos podido ver en qué consiste la profesión del integrador/a social y qué estudiar para dedicarnos a ella. Hoy iremos un paso más allá, ya que no queremos que te equivoques a la hora de tomar una decisión tan importante como es la de qué estudiar. Es por eso que, en este post, nuestro objetivo es que conozcas cuáles son todas las cualidades necesarias para desempeñar este puesto con total destreza. ¿Empezamos?
El integrador o integradora social es la persona que se encarga de planificar y ejecutar una serie de acciones con el objetivo de facilitar y posibilitar que todos/as podamos desarrollar nuestras capacidades personales y sociales en el entorno que nos rodea.
Estos/as profesionales son los/as responsables de intervenir de manera directa en personas o grupos para prevenir y/o solventar cualquier caso de exclusión social. Esto se lleva a cabo mediante actividades como, por ejemplo, la formación o el asesoramiento a través de charlas, talleres grupales o individuales y programando, organizando, implementando y evaluando dichas intervenciones.
Estas estrategias y técnicas han de aplicarse de forma muy concreta. De ese modo, se promueve la igualdad de oportunidades y se garantiza la creación de entornos seguros, tanto para las personas destinatarias como para el propio integrador/a social.
Por lo tanto, el objetivo de este profesional es favorecer la inclusión. Además, actúa en relación con la autonomía personal y la inserción ocupacional de aquellas personas que, por determinadas circunstancias, tienen dificultades para integrarse en la sociedad.
Colectivos a los que se dirige
Este profesional suele trabajar con:
- Personas con discapacidad.
- Personas con trastorno mental.
- Familias en situación de riesgo laboral.
- Personas víctimas de maltrato.
- Familias, menores, mujeres y mayores.
- Personas drogodependientes o con otras adiciones.
- Personas en riesgo de exclusión por procedencia, etnia o cultura.
- Colectivo LGTBI.
Las funciones que realiza un integrador o integradora social en su día a día son muy variadas y todas están relacionadas con el sector de los servicios a las personas. Entre todas ellas podemos destacar las siguientes:
Intervención directa a personas en riesgo de exclusión social. Se aplican estrategias y técnicas que promueven la igualdad de oportunidades. Asimismo, garantizan entornos seguros tanto a las personas que reciben la ayuda como a los propios profesionales.
Organización de programas de inserción laboral y ocupacional. Organizan programas, los implementan y evalúan. Estos programas están enfocados a la inserción laboral y ocupacional. Además, planifican el entrenamiento de habilidades sociales y personales, dirigen programas específicos para mujeres víctimas de violencia de género, para jóvenes con problemas, para inmigrantes…
Mediación. Los/as integradores sociales se encargan de realizar tareas de mediación entre las personas y los grupos. Aplican técnicas participativas y de gestión de conflictos de forma eficiente.
Mejorar la comunicación. Facilitan a las personas en riesgo de exclusión social, los métodos y sistemas para mejorar las habilidades de comunicación. Emplean sistemas alternativos y aumentativos de comunicación SAACs (formas de expresión diferentes del lenguaje hablado). Estas, tienen el objetivo de aumentar y compensar las dificultades de comunicación y lenguaje en personas con problemas de habla o discapacidad.
Para dedicarte profesionalmente al puesto de integrador o integradora social no solo basta con tener vocación y formarte académicamente. Este es un puesto en el que se requiere contar con muchas habilidades que se van a aprendiendo a través de la experiencia profesional y vital de cada persona. Estas cualidades van a ayudarte a desarrollar esta profesión de la manera más satisfactoria posible.
A continuación, podemos ver algunas de ellas:
- Habilidades comunicativas e interpersonales.
- Escucha activa para entender las diferentes situaciones de las personas a las que debes ayudar.
- Capacidad de establecer relaciones constructivas con las personas a las que ayudas.
- Actitud positiva y resolución de problemas a través de un enfoque práctico.
- Habilidades organizativas y administrativas.
- Capacidad para trabajar en equipo y tener iniciativa.
- Capacidad de involucrar a la gente, tengan o no situación de riesgo social.
- Habilidades tanto de comunicación escrita como de TICs.
- Compromiso con la igualdad de oportunidades.
- Ser una persona paciente y empática.
- Responsabilidad y flexibilidad horaria.
- Estabilidad mental.
Por lo tanto, y como has podido comprobar a lo largo del post, para dedicarte al mundo de la integración social hace falta tener un perfil lo más completo posible. Esto se debe a que tu labor será la de mejorar la vida de las personas con las que tengas que trabajar. Para empezar con tu formación en este sector, desde ILERNA te recomendamos formarte con nuestra FP de Integración Social, la cual te ayudará a especializarte en el sector para cumplir tu objetivo y dedicarte a esta profesión.
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