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El realizador audiovisual se encarga de planificar, dirigir y coordinar todo el proceso de creación de una obra audiovisual. Su función es transformar una idea en un producto completo, controlando tanto los aspectos técnicos como los creativos.
En este artículo se explica qué es un realizador, cuáles son sus funciones, en qué tipo de proyectos puede trabajar y las habilidades que necesita. Además, se analiza la diferencia entre realizador y director y qué estudios permiten acceder a esta profesión.
El realizador audiovisual es el profesional que dirige y coordina la creación de una obra audiovisual. Se encarga de transformar una idea en una obra, como una película, una serie, un documental o un programa de televisión.
Este perfil combina tareas técnicas y creativas. Por un lado, planifica y supervisa los medios técnicos que hacen posible la grabación. Por otro, organiza y da forma al discurso narrativo, cuidando el ritmo, el estilo y la coherencia de la historia.
Este profesional interviene en todas las fases del proceso. Por tanto, sus funciones principales en cualquier obra audiovisual son:
Se encarga de elegir las localizaciones según las necesidades del guion y de organizar el calendario de rodaje. Esto implica planificar cuándo se graba y cuántos días se dedica a cada escena.
Además, coordina todas las áreas implicadas, como producción, fotografía, sonido, maquillaje o vestuario, para que la producción avance según lo previsto.
Otra de sus tareas es seleccionar y coordinar al equipo técnico y artístico. Su misión es supervisar el trabajo de profesionales como cámaras, iluminadores, técnicos de sonido, actores o presentadores para que todos vayan en la misma dirección.
Por eso, da indicaciones sobre el estilo o el ritmo que se busca y se asegura de que cada miembro del equipo conozca su función y cómo encaja dentro del proyecto.
También se ocupa de decidir el orden de los planos y de planificar las secuencias para contar la historia de forma visual y coherente.
Este proceso implica elegir cómo se mostrarán las escenas, qué planos se usarán y cómo se combinarán para crear ritmo y emoción. Por ejemplo, puede optar por primeros planos para mostrar sentimientos o planos generales para situar la acción.
Además, determina el lenguaje visual del proyecto, como el movimiento de cámara, el encuadre o la iluminación, para reforzar la narrativa y transmitir el mensaje deseado.
Asimismo, este profesional controla la puesta en escena y la colocación de cámaras para que todo se vea según lo previsto. También supervisa la iluminación y la gestión técnica para mantener la calidad visual y sonora.
Durante la grabación, soluciona cualquier contratiempo que pueda surgir, como fallos técnicos o cambios inesperados en el set. Su presencia garantiza que el rodaje avance sin interrupciones y que el resultado final refleje la visión original.
Durante la última fase de la producción, supervisa la edición y el montaje para que las imágenes sigan el ritmo y la narrativa. También revisa la incorporación de sonido, música y efectos especiales.
Trabaja junto al equipo de postproducción para conseguir que todos los elementos encajen y el producto final sea coherente y atractivo. Su objetivo es que la obra transmita el mensaje deseado y mantenga la calidad.
Este especialista puede trabajar en cine, televisión, publicidad, música, redes sociales o en plataformas de streaming. Su perfil es versátil y se adapta a todo tipo de formatos, tanto de ficción como informativos o promocionales.
Entre los proyectos más habituales se encuentran:
Las habilidades técnicas y personales más importantes para este perfil son:
No siempre, depende del contexto. En España, ambos términos se usan de forma indistinta en el ámbito del cine. Allí, realizador y director suelen referirse a la misma figura: la persona que dirige el proyecto y toma las decisiones creativas y técnicas.
Sin embargo, en televisión la diferencia es más clara. El realizador se encarga de la parte técnica de la grabación, ya sea en estudio o en exteriores. Por su parte, el director se ocupa de los contenidos del programa, decide el enfoque narrativo y marca el tono general.
Para trabajar como realizador, es necesario contar con una formación específica en el ámbito audiovisual. Existen distintas vías para acceder a este perfil profesional, en función de los intereses y objetivos de cada persona.
Una opción es cursar la carrera universitaria de Comunicación Audiovisual, que ofrece una formación más teórica.
Otra alternativa es el Grado Superior en Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos, una vía más corta, práctica y orientada a la realidad del trabajo en el sector. Este ciclo permite adquirir las habilidades técnicas necesarias para incorporarse al mercado laboral en menos tiempo.
Este grado superior se puede cursar en iLERNA, tanto a distancia como en el centro de Lleida. A lo largo del ciclo, el alumnado aprende a trabajar con las herramientas que se utilizan en la industria. Además, el ciclo incluye prácticas profesionales en empresas del sector, lo que permite obtener experiencia real antes de finalizar los estudios.
Soy periodista por vocación. Me apasiona investigar y eso me llevó a trabajar como divulgadora científica. Más adelante, me especialicé en Comunicación Digital con enfoque SEO. Actualmente, combino mis dos pasiones creando contenido educativo que convierte temas complejos en información accesible y de valor.
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