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Lidiar con las dificultades diarias de la vida puede ser un desafío para cualquier individuo. Sin embargo, para las personas con discapacidad, estos obstáculos pueden ser aún mayores. Aquí es donde entra en juego el papel del integrador social.
Los integradores sociales desempeñan funciones esenciales para mejorar la calidad de vida y la inclusión de las personas con discapacidad en nuestra sociedad. Si te interesa este ámbito y quieres aprender más sobre integración social, sigue leyendo. Hoy te explicamos cómo aplicar los principios de esta disciplina social en las asociaciones y colectivos de personas con discapacidad.
Un integrador social es un profesional dedicado a brindar apoyo y orientación a personas que pertenecen a colectivos sociales en riesgo de exclusión. Por ejemplo, las personas mayores, transgénero, con discapacidad, refugiadas e inmigrantes, entre otras. En líneas generales, su objetivo principal es facilitar la participación activa de estas personas en la comunidad.
Es importante destacar que, dado que existen diversos colectivos en riesgo de exclusión social, las salidas profesionales de la FP de Integración Social también son muy variadas. No obstante, hoy vamos a centrarnos en la labor de los integradores sociales que trabajan con personas con discapacidad. Es primordial destacar que esta profesión va más allá de simplemente ofrecer asistencia física. Uno de sus grandes objetivos es empoderar a estas personas y fomentar su independencia y autonomía en la sociedad.
Una de las funciones principales del integrador social es promover la autonomía de las personas con discapacidad. Esto incluye, además de trabajar sus capacidades físicas, fomentar el desarrollo de habilidades que promuevan el autoconocimiento y las relaciones sociales. En este sentido, existen numerosos estudios que afirman que los seres humanos disponemos de tres tipos de habilidades cruciales para el día a día:
Así pues, las funciones del integrador social pasan por ayudar a las personas con discapacidad a desarrollar estas habilidades. De este modo, les brindan herramientas esenciales para mejorar su calidad de vida; así como para adaptarse con mayor facilidad a la sociedad, eliminando o reduciendo los obstáculos.
A la hora de construir una sociedad equitativa y respetuosa con la diversidad, la educación es el muro de carga por excelencia. A las personas con discapacidad, la educación inclusiva les brinda la oportunidad de desarrollar habilidades y conocimientos en igualdad de condiciones. Además, permite que el proceso de aprendizaje se adapte a las necesidades de cada persona.
Para hacer que la educación sea inclusiva, el integrador social debe utilizar enfoques pedagógicos flexibles, apoyos personalizados y entornos accesibles. Todo ello, con el objetivo de eliminar las barreras que puedan obstaculizar el pleno desarrollo académico y social de las personas con discapacidad. Asimismo, debe impulsar la participación de estas personas en la comunidad. Lo que ayuda, además, a fomentar la empatía, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos.
En 2022 se cumplieron 40 años desde que se implantó la Ley de Integración Social del Minusválido (LISMI). Esta normativa establece que todas las empresas públicas y privadas españolas, cuya plantilla supere los 50 o más trabajadores, deben tener una cuota de reserva para las personas con discapacidad igual o superior al 33%. No obstante, para lograr una inclusión plena, se requiere un compromiso total de todos los agentes sociales involucrados.
En este sentido, la huella que los integradores sociales generan en la vida de las personas con discapacidad, está dejando una marca duradera. Al desarrollar todas las habilidades de este colectivo y promover su autonomía y autoestima, estos profesionales consiguen dar un paso adelante hacia una sociedad más inclusiva. El objetivo final, y por el que aún queda mucho camino para recorrer, es construir un mundo donde todos podamos tener la oportunidad de brillar y contribuir con nuestros talentos únicos.
Las desigualdades entre grupos sociales siguen siendo uno de los mayores problemas de nuestra sociedad. De ahí que la figura del Técnico/a Superior en Integración Social sea de vital importancia para asegurar el bienestar de los colectivos en riesgo de exclusión social. Si eres una persona solidaria y con vocación para ayudar a los demás, estudiar integración te permitirá:
Para ser integrador social puedes estudiar un ciclo de Formación Profesional 100% oficial, como es el caso del Grado Superior de Integración Social de ILERNA. Esta formación la puedes cursar a distancia, en ILERNA Online, o de manera presencial en nuestros centros formativos.
Comunicadora audiovisual con la pluma en la mano y la creatividad como motor desde que era pequeña, cambié las playas de Cádiz por el ritmo acelerado de Madrid en busca de nuevas aventuras. Apasionada de la creación de contenidos, me encanta estar siempre en constante desarrollo de nuevas ideas por viralizar.
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