Oportunidades de futuro más allá de la EBAU

Hasta hace muy pocos años, aprobar la prueba de acceso a la universidad o EBAU, como la conocemos desde 2017, se consideraba el paso único e imprescindible para estudiar una carrera universitaria. Por suerte, ya no es así. Si has suspendido la selectividad o no has alcanzado la nota de corte que esperabas, debes saber que tienes otras alternativas para formarte en el sector que te interesa sin perder de vista tus objetivos.

¿Qué hacer si no he aprobado la EBAU o no he obtenido la nota de corte?

Si quieres ir a la universidad y has obtenido la nota de corte que necesitabas en la EBAU, adelante. Realiza la preinscripción, la matrícula y comienza tus estudios.

Sin embargo, si no has aprobado la selectividad o sí has aprobado, pero tu nota no es suficiente para estudiar la carrera que quieres en el centro seleccionado, tienes otras opciones. Desde cambiar de especialidad o probar suerte cursando otro tipo de estudios, hasta opositar o realizar cursos de idiomas.

• Esperar a la reasignación de plazas. Si no has conseguido plaza para tu primera opción, puedes matricularte igualmente y esperar a que en el proceso de asignación de plazas quede alguna vacante. Si tu nombre es el siguiente en la lista, podrías formalizar tu matrícula con normalidad.
• No matricularte en la primera opción. Si no te convence la primera opción de estudios que te han asignado, puedes pasar directamente al siguiente proceso de reasignación de plazas. En este sentido, puedes obtener una plaza en una segunda o tercera opción que hayas escogido o seguir con la misma. Sin embargo, en el peor de los casos, puedes perder la plaza.
• Subir la nota de la EBAU. Aunque las calificaciones de la fase general de la selectividad tienen una validez indefinida, puedes presentarte a otra convocatoria para mejorar la nota.
• Realizar un ciclo de Formación Profesional de Grado Superior. Después de obtener el título de FP de Grado Superior vinculado a la carrera que te interese, podrás acceder a la universidad tras superar una prueba de nivel.
• Opositar. Presentarse a oposiciones sin tener una titulación universitaria es posible. El título de Bachiller permite optar a las oposiciones del grupo C1, es decir, del Cuerpo Administrativo.

Estudiar una FP para acceder a la Universidad

El estigma que rodea la Formación Profesional se ha ido disipando a medida que los jóvenes han comprobado, de primera mano, las oportunidades de esta alternativa. Según la Estadística del Alumnado Profesional del Curso 2021-2022, el número de alumnos matriculados en ciclos de FP de Grado Superior ha crecido un 43,3% en tan solo cinco años. Además, el 18,8% de los titulados de FP Superior accede a la Universidad al acabar.

Además, la Formación Profesional permite acceder a la universidad con garantías adicionales, entre las que destacan:

• No tener que presentarse a la EBAU. Si accedes a la universidad a partir de una FP de Grado Superior, no tendrás que hacer la selectividad, sino una prueba específica.
• Tener una primera toma de contacto con el sector. Cursando una FP accedes a la universidad más preparado/a, gracias a la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades propias de cada sector.
• Haber cursado las FCT. Realizar las prácticas de empresa ayuda a consolidar las competencias profesionales adquiridas a lo largo del ciclo; así como a experimentar el oficio en un entorno de trabajo real.
• Adquirir experiencia laboral. Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, el 66,2% del alumnado de FP Dual de Grado Superior encuentra trabajo al año de graduarse.
• Compaginar el trabajo y la formación. Una vez obtienes tu título de FP, puedes incorporarte al mundo laboral y compaginar tu trabajo con una formación superior en el mismo sector.
• Convalidar créditos. Si escoges un grado que pertenece a la misma rama profesional que la FP cursada, podrás convalidar determinadas asignaturas y ahorrar tiempo y dinero.

Garantías de futuro de la Formación Profesional

La Formación Profesional es sinónimo de estabilidad y progresión laboral. En los últimos cinco años, el número de alumnos que escoge esta opción tras finalizar la educación obligatoria ha crecido un 30,7 %. Esto se debe, principalmente, a dos razones. La primera razón es que el entorno socioeconómico ha experimentado numerosos cambios que han dado como resultado la creación de nuevas profesiones, herramientas de trabajo y metodologías. La segunda razón es que la FP se enfoca en formar a perfiles técnicos capaces de dar respuesta a las necesidades de las empresas.

En este sentido, los alumnos de FP tienen una ventaja competitiva respecto a los estudiantes universitarios. Desde su primera graduación están mejor preparados y listos para incorporarse al mercado laboral. Como resultado, el último Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) situó la tasa de empleabilidad de la Formación Profesional en el 42,2 %, casi cuatro puntos más que la de los estudios universitarios (38,5 %).

Además, una de las mayores ventajas de este tipo de formación es que es solo el punto de partida. A partir de aquí, los jóvenes pueden desarrollar su carrera profesional de diversas formas. Como hemos comentado en el punto anterior, una de las opciones escogidas por muchos estudiantes es acceder a la universidad. Pero también los hay que continúan formándose en la FP o realizando un curso universitario, de especialización o de idiomas. Según datos del Ministerio de Educación y FP, el 47,8% de los titulados de CFGM siguen formándose, sobre todo accediendo a un CFGS.

Innovación educativa en la FP: el método learning by doing de ILERNA

En ILERNA convertimos la formación académica en una experiencia de aprendizaje de 360º. Para ello, basamos nuestro sistema de estudio en la practicidad y utilizamos la metodología learning by doing. Esto significa que los alumnos aprenden haciendo gracias a que disponen de aulas que simulan entornos de trabajo reales. Además de estar equipadas con los materiales y herramientas propios de cada oficio, disponen de la tecnología más puntera. Gracias a ello, nuestro alumnado puede aplicar sus conocimientos de manera segura con la supervisión y el acompañamiento del profesorado.