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En este artículo te explicamos qué es el TDAH, un trastorno que afecta alrededor del 6% de la población infantil y que condiciona su proceso de aprendizaje. Te contamos cuáles son los principales indicadores y compartimos algunas ideas para aplicar en las aulas.
El TDAH es un trastorno que resulta difícil de diagnosticar en niños y niñas pequeños. Sin un tratamiento adecuado, puede agravarse, propiciar el fracaso escolar e, incluso, minar la autoestima de los más pequeños. Por este motivo, es importante que tanto padres como educadores lo perciban objetivamente y actúen en consecuencia. ¡Conoce más detalles!
Punto de partida: ¿Qué es el TDAH?
Como sabrás, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, conocido como TDAH, es un problema que puede afectar a todo el proceso de aprendizaje de un niño o una niña, ya que repercute tanto en su comportamiento en las aulas como en su rendimiento escolar (además de reflejarse en otras esferas de su vida, como la relación con su familia).
La adquisición de conocimientos en las escuelas se basa en el desarrollo de capacidades como la memoria, la percepción, el razonamiento lógico, la atención… Si un niño o una niña sufre TDAH, le resultará muy complicado mantener su concentración, se distraerá fácilmente y, en consecuencia, le será difícil seguir los avances de su clase con normalidad.
Según este artículo de Onda Cero, se calcula que el TDAH afecta alrededor del 6% de la población infantil y puede manifestarse de distintas formas, normalmente, a través de una mezcla de problemas de atención e hiperactividad, aunque también puede darse sólo uno de estos dos trastornos de forma independiente.
En este sentido, la FEAADAH explica que se trata de una patología psiquiátrica que suele aparecer antes de los 7 años y, en el 80% de los niños y niñas, se sigue manifestando durante la adolescencia. Además, entre el 30-65% de los adultos aún presentan problemas asociados al TDAH. Con todo, cuesta que se diagnostique adecuadamente en los más pequeños ya que la desorganización o la falta de interés pueden ser rasgos comunes a esa edad.

El TDAH en niños y su impacto en su día a día
Y te preguntarás, ¿cómo mejorar su comportamiento? No es una decisión propia ni un problema de malos hábitos, se comportan así por causas neurobiológicas ajenas a ellos. En consecuencia, los gritos y castigos conseguirán pocos resultados sin una estrategia o tratamiento que les ayude realmente.
Hay que tener en cuenta que un niño o una niña con TDAH no sufre ninguna lesión física, sino que una parte de su cerebro funciona distinto, en concreto, el área encargada de la atención y el autocontrol. Como avanzábamos, puede asociarse con algunos de estos indicadores:
- Dificultad para concentrarse o fijar la atención en tareas específicas.
- Impulsividad y actividad caótica
- Problemas de alimentación o sueño.
- Dificultad para seguir o establecer hábitos de rutina.
- Problemas para adaptarse a normativas o reglas en general.
Los profesionales de la educación deben ser conscientes de esta situación, entender sus particularidades para poder proponer alternativas de aprendizaje continuo que fortalezcan su capacidad organizativa y favorezcan el desarrollo de un mayor control de sus reacciones. Cuando un niño o una niña con TDAH cuenta con el apoyo adecuado de familiares y educadores, puede mejorar. Aquí también existe una amplia diversidad de opiniones sobre la necesidad de medicar o no.
Ideas para educar a niños con TDAH
La intervención educativa debe realizarse tanto desde el ámbito familiar como escolar pero, para ayudar a nuestros estudiantes de Educación Infantil, nos centraremos en este segundo entorno. Con todo, es importante que los padres muestren aceptación, potencien conductas positivas y comprendan cómo su actitud puede condicionar a sus hijos.
Como educador o educadora, estas recomendaciones también se te aplicarían, es importante insistir en mantener rutinas y reforzar su autoestima. Además, puedes tener en cuenta estas ideas:
- Coordínate con otros profesionales, sobre todo, con psicopedagogos de la escuela o psicólogos que estén ayudando a ese niño o niña. La idea sería establecer objetivos comunes e identificar aquellos métodos educativos que puedan reforzar y facilitar la enseñanza en el aula.
- Diversifica las actividades para que le resulte más fácil concentrar su atención. Si trabajas con tareas concretas durante tiempos breves, quizás puedes mejorar su rendimiento. Además, introducir dinámicas de juego o premios también puede ayudarte (con técnicas de refuerzo positivo).
- Estrategias de organización: Asegúrate que el niño o niña dispone de todo el material antes de empezar a trabajar y, después, pídele que lo ordene de nuevo una vez finalice.
- Sienta al alumno en la primera fila o cerca (y lejos de la ventana o la puerta si es posible) para reducir al máximo las posibles distracciones. ¡No le dejes tener vistas al patio si quieres captar su atención!
Y existen muchas otras estrategias educativas que pueden ayudar aquí. Al final, cada niño o niña es un mundo y debe tratarse según sus necesidades.
El TDAH en niños es un aspecto que se aborda en nuestro ciclo formativo de Grado Superior en Educación Infantil. ¿Te apasiona este oficio tan vocacional?
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